Quiero compartir con ustedes un poco acerca de la tremenda necesidad que hay en nuestros días en recuperar nuestras expresiones respetuosas, nuestra manera de hablar.
Es muy importante que vivimos en la gracia sin que la hagamos un amuleto.
Y Jesús, después de haber sido resucitado y recibido a la mano derecha del Padre, le pidió al Padre que envíe el Espíritu Santo, nuestro Dios y fiel amigo, que en estrecha comunión con los fieles, los conduce a un servicio de adoración completa y perfecta a nuestro Maestro Jesús Cristo y nuestro Señor.
Este es nuestro trabajo junto con el Espíritu Santo, que trabajemos para el engrandecimiento de Cristo, esta es la voluntad del Padre.
No debemos convertir la Gracia (posibilidad de reconciliación), que se dio Dios a nosotros, en un amuleto estúpido, diciendo que ya no entereza lo que decimos, o lo que ponemos, o lo que tomamos de nuestro cuerpo (templo del Espíritu Santo) (quien comete fraude con su cuerpo, está arruinando la casa de Dios), que el traje o como nos vestimos ... ya no importa.
El Señor nuestro Dios es santo y sin santidad nadie verá al Señor, Él es el mismo ayer, hoy y volverá a buscar su verdadera Iglesia. El que realmente habrá sido la sal de la tierra y luz para que a través de ella el Señor brillara su justicia.
Los que no se han prostituido con las olas de este mundo, que no se vio afectada con la renta y regalos del mundo, sino que envió alrededor de su sociedad mientras tubo existencia en la tierra, la gloria del Señor y el temor reflejado en su Dios y no a los hombres.
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Efesios 4:29
Nuestras palabras revelan lo que somos. Pone de relieve lo que creemos y cómo vivimos.
Muy nos enseña y advierte la Biblia:
El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; 11 Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. 12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. 13 ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís
I Pedro 3.10,12.
MARANATA - No seamos como el pueblo en el tiempo de Noé
0 comentarios:
Publicar un comentario